La noche española estaba cerrada para el Barcelona, con los goles de Messi y Piqué todo era alegría en los catalanes que asistieron a ver el partido. Era un triunfo que reinvindicaba al equipo dirigido por Joseph Guardiola, luego de la derrota sufrida la semana pasada frente al recién ascedido Hércules.
El cronómetro marcaba los 92 minutos de juego, cuando Messi agarró la pelota, aceleró para dejar en el camino al colombiano Amaranto Perea, cuando estaba a punto de sacarse a un segundo hombre de encima, el argentino fue derribado y varios compañeros corrieron para ver en qué condiciones se encontraba, luego de recibir el terrible impacto.
El momento en que Messi recibe el planchazo.
La imagen asustó a más de uno, Messi tirado en el piso, cubriéndose la cara. El árbitro expulsó inmediatamente al checo Tomás Ujfalusi (le sacó la roja directamente, pese a que ya estaba amonestado). El infractor discutió con el árbitro, en señal de desacuerdo por la sanción que le aplicaron, pero ni siquiera se disculpó con Messi. Los técnicos de ambos equipos: Joseph Guardiola y Quique Sánchez, seguían con cara de preocupación el desenlace de la acción.
Carles Puyol, Sergio Busquetts y Maxwel pedían el cambio urgente. Los camilleros se llevaron al rosarino cuatro minutos después del golpe, los gestos de dolor eran indisimulables. La mayoría del público local festejaba la lesión de Messi, aunque otros se decidieron por un tibio aplauso para el argentino.
La imagen a la salida del estadio era aún peor, Messi salía con muletas. Pese a la tranquilidad que habían dado los médicos del club de que no había lesión ósea, había que esperar el resultado de una resonancia magnética. El resultado se conoció esta mañana, Messi tendrá que estar entre 10 y 20 días parados, debido a la distención del ligamento anterior lateral y del ligamento lateral externo del tobillo derecho.
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