Los negociados del fútbol

El Barcelona derrotó ayer al Real Madrid por 5 a 0 y todos coincidieron en que nunca en su vida habían visto a un equipo jugar de esa manera al fútbol. Argentinos en Europa ya cubrió el partido, pero hoy de lo que quiere hablarte es de ¿Por qué ya no hay equipos que intenten hacer lo mismo que hace el Barcelona?

El Inter de Milán es el actual campeón de Europa, logró la Champions de la mano de un Diego Milito muy inspirado. Pero para llegar a la final el Inter tuvo que derrotar al Barcelona, y lo hizo. ¿Pero a qué precio? El equipo que en ese momento dirigía José Mourinho jugó a defenderse en el Nou Camp, el camerunés Samuel Etoo es uno de los mejores delanteros del mundo. En ese partido jugó casi de lateral por derecha, apenas 5 metros más adelantado que Javier Zanetti. Milito bajaba hasta ¾ de su cancha para tener la pelota. El Inter consiguió el resultado que necesitaba. Pero, ¿El público y el espectáculo ya no importan?

Cristiano Ronaldo en una de sus tantas publicidades.

Hace rato que dejaron de verse equipos que realmente jueguen bien al fútbol, el Mundial de Sudáfrica no fue la excepción. Salvo España que siempre atacó y por esto se convirtió en un digno campeón, los demás equipos se dedicaron a defender su arco antes que atacar al rival. No hay un solo partido de la actualidad en el que un plano abierto de la cancha dure más de 30 segundos, los cámaras tienen las órdenes de enfocar los botines, los carteles publicitarios o las propagandas de las camisetas. Las buenas jugadas cada vez están más ausentes.

Mucha gente no se da cuenta de lo que realmente sucede, como en el libro 1984, de George Orwell, el mundo (en este caso el futbolístico) no ve lo que pasa. Solamente pocas personas se dan cuenta de que el fútbol pasó de ser un negocio a un negociado. Y los que se dan cuenta terminan aceptándolo, también al igual que el libro. El sistema impuesto obliga a ver publicidades a cada momento, la esencia del fútbol de a poco se está perdiendo. Lo más importante en la actualidad es ganar (a cualquier precio), para que se aumenten los contratos publicitarios del club, las marcas pongan más dinero, etc. El espectáculo quedó en segundo plano.

Sin ir más lejos, otro equipo que fue muy miserable con el espectáculo fue el de Italia en el 2006, un campeón que basó su juego en la defensa. Está bien, habrá muchas discusiones sobre el campeón del mundo, hizo lo necesario para ganar, pero los espectadores que se sentaron en sus casas para ver verdaderos partidos de fútbol vieron más publicidades que cualquier otra cosa. Cada equipo se abusa de la pasión de los hinchas, porque saben que éstos van a estar incondicionalmente.

Las individualidades obviamente no quedan fuera de este sistema. Cristiano Ronaldo es un excelente jugador, pero en el partido que su equipo perdió 5 a 0 ante el Barcelona, se lo vio más tiempo en actuando para la cámara que haciendo lo que mejor sabe, jugar al fútbol. El portugués tomó la posta de otro ex Manchester United, David Beckham.

Un ejemplo del fútbol argentino (que obviamente incluye a un argentino que juega en Europa, Lionel Messi) es el del último Mundial. Grondona designó a Maradona como director técnico para afrontar el máximo torneo a nivel de selección. Diego no era un técnico preparado, pero a Julio Grondona poco le importó, parecería ser que se preocupó más en juntar al mejor jugador de la historia con el mejor de la actualidad, antes que el resultado que se podía obtener en Sudáfrica. Obviamente Maradona y Messi en el mismo equipo podrían mover mucho dinero.

Habrá que esperar que varios equipos tomen el ejemplo del Barcelona para que el fútbol no muera. El sistema capitalista que rodea al fútbol lo está destrozando. Ni los jugadores se salvan, Carlos Tévez y Javier Mascherano se fueron a jugar al West Ham (uno de los peores equipos de Inglaterra) solamente por el dinero que iba a conseguir el dueño de su pase, que quiso depositarlos en Europa a cualquier precio, sin importarle el bienestar de los jugadores.

 Al igual que el Gran Hermano controlaba la vida de las personas en el libro de Orwell, los magnates del fútbol manejan todo lo que gira alrededor de la pelota en la actualidad.