Javier Zanetti es uno de los jugadores argentinos que más peso tiene en Europa, desde su llegada al Inter de Italia en 1995, supo ganarse el amor de todos los hinchas y el respeto de sus rivales por su carisma y caballerosidad dentro de la cancha.
Los aficionados al club italiano lo conocen como “Trattore” (tractor), y es así. El PUPI (como se lo apoda) es una máquina dentro de la cancha, puede jugar en el mediocampo o en la defensa, mientras sea útil para su equipo, se adapta a cualquier posición.
En Argentina siempre cumplió cuando fue convocado a la selección, es el jugador con más partidos con la celeste y blanca. Siempre demostró su garra en cada partido que disputó, fue el encargado de llevar a su equipo para adelante y levantar a sus compañeros cuando sufrían alguna derrota.
A pesar de vivir hace 15 años en Italia, Zanetti nunca se olvidó de su país, es por esto que junto a su mujer, Paula, crearon una fundación llamada P.U.P.I (Por Un Piberío Integrado) para ayudar a los chicos con pocos recursos y a sus familias. En palabras textuales de Javier, dijo que creó la fundación (existe desde el año 2002), porque tuvo una infancia difícil, y que pese a vivir en Europa, está informado sobre la dura situación económica que atraviesan varios sectores del país.
El Pupi es la misma persona dentro de la cancha y fuera de ella. En cada partido se compromete por lograr lo mejor para su equipo, y cuando no se encuentra en Italia, maneja su fundación para que cada vez sean más los niños a los que ayuda. Al inicio de su proyecto benéfico, Zanetti tenía a 40 familias a las que ayudaba, en la actualidad, tiene 108 a las que brinda apoyo, alimenta y educa.
Por todo lo que transmite Zanetti dentro de la cancha, supo hacerse querer por todo el país. En cada partido dejó la piel y principalmente se ganó el cariño de la gente por no olvidarse de su país, es por esto que el Pupi es un tipo de fierro.
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